Hacer gala de un buen arte corporal no depende solo de las habilidades del tatuador, sino también del esmero que pongas en su cuidado. ¿Quieres lucir un tatuaje de envidia? Pues para ello, debes conocer los cuidados de un tatuaje.
Luego de ser tatuada, la piel requiere de atención para evitar posibles infecciones que afectarían el proceso de cicatrización, arruinando así el resultado final. Por eso es tan importante cuidar el tatuaje de forma adecuada.
En este artículo te contamos por qué son tan importantes los cuidados de un tatuaje, y cómo hacerlo de forma adecuada.
Primeramente, debes saber que existen algunos cambios, completamente normales, que puede sufrir tu piel luego de terminar el dibujo.
Por ejemplo, es posible que en los primeros días el tatuaje “sude” un poco de tinta o que tu piel sufra de hinchazón o comezón. Para fijar el diseño la aguja pincha tu piel, por lo que es probable también que sientas dolor durante y luego de la sesión.
Seguro leíste la palabra dolor y te asustaste un poco, no te preocupes, es un proceso doloroso pero soportable. El artista del tatuaje utiliza una máquina manual que imita el funcionamiento de una máquina de coser. Esta se encarga de hacer diminutas perforaciones en tu piel con una o más agujas y con cada punción inserta gotitas de tinta en tu piel.
Es todo un arte y los resultados pueden ser increíbles, pero como ya dijimos, depende en gran parte de que sepas como cuidar tu tatuaje. Conocer los riesgos forma parte de la precaución.
Por tanto, es bueno que sepas de buena tinta, que puede pasarle a tu piel si no tienes los cuidados adecuados.
Las reacciones alérgicas son bastantes comunes en los tatuajes. Tu piel puede no reaccionar de la mejor manera a la tinta, especialmente las de color rojo, verde, azul y amarillo. Pueden aparecer sarpullidos en la zona del diseño incluso años después de haberse realizado el trabajo.
Ya mencionamos las infecciones en la piel, pero existen otros problemas. A veces, puede formarse inflamación alrededor de la tinta provocando queloides. En palabras sencillas, puede causar zonas elevadas debido al crecimiento del tejido cicatrizado.
Esperemos que no, pero si en algún momento necesitas someterte a una resonancia magnética, es posible q tu tatuaje interfiera. En primer lugar, no se obtendrá una imagen muy clara, y por otro lado, tu piel podría enrojecerse e hincharse.
Por último, pero no menos importante, se encuentran las enfermedades que son transmitidas por la sangre. A ver, suena muy horrible, pero solo depende de la higiene. Es decir, debes asegurarte de que el equipo con el que se trabaja no esté contaminado con sangre infectada. De otra forma, podrías contraer infecciones como la hepatitis B o C.
Si contraes alguna de estas infecciones o sufres de una complicación parecida, podrías necesitar un tratamiento o medicación específico.
Sencillo, con disciplina y siguiendo los consejos que te ofrecemos a continuación:
Este es el primer y más importante paso. Asegúrate de encontrar un profesional con experiencia. Investiga sobre su trabajo y si tienes dudas, busca a alguien que te inspire seguridad.
Una vez lo encuentres, confía en él. Nadie va a aconsejarte mejor que un experto del tema como lo es un tatuador con experiencia. ¿Quién mejor que un artista para cuidar el arte?
Sí, seguimos hablando de tatuajes. No debes caer en el error de pensar que si tu tatuaje es pequeño no hay necesidad de cuidarlo o la atención que requiere es menor. Todos deben ser atendidos de la misma manera.
Cuando la sesión termine, el tatuador cubrirá el trabajo para proteger la piel. Por supuesto, vas a estar ansioso por mostrar tu nuevo tattoo y publicarlo en las redes sociales, pero debes ser paciente. Procura dejar el vendaje mínimo dos horas o estarás exponiéndote a bacterias.
Tampoco seamos extremistas con el punto anterior. Después de un tiempo debes dejar que tu piel respire y lavarla con cuidado. Usar jabón y agua bastará, solo trata de hacerlo con cuidado.
Elimina cualquier rastro de tinta o de sangre que tengas e intenta que no caiga agua directamente al tatuaje. Puedes mojar tus manos y luego dar pequeños toques, sécalo con papel de cocina, sin frotar. Al terminar no debes vendarte nuevamente.
Al pasar unos minutos sentirás la piel reseca y tirante. Para cuidar el tatuaje deberás conseguir una pomada adecuada para la cicatrización. No debes ser tacaño en este punto, consigue una buena pomada para conseguir un buen resultado.
Ya te dimos las indicaciones para cuidar tu tatuaje, ahora solo debes seguir los pasos y lavar el tatuaje 3 veces al día. Esto deberás llevarlo a efecto hasta que esté curado por completo.
Durante la curación, es normal que aparezcan costras. Debes dejarlas que se sequen y se caigan solas. Evita rascarte, pues esto puede generar una herida más difícil
La mejor época del año para tatuarte, es sin duda el invierno. Si expones tu tatuaje al Sol, los rayos aclararán la tinta, sobre todo las primeras tres semanas.
El objetivo es dejar que la piel respire para que sane correctamente. Trata de usar prendas holgadas que te ayuden a cumplirlo.
Tienes que procurar que la zona tatuada se estire o se fuerce. No hagas movimientos bruscos ni levantes cargas pesadas. Tomate unos días de descanso mientras tu piel sana.
Ahora que ya sabes todos los cuidados de un tatuaje, solo resta seguir nuestros consejos para que este sane de forma adecuada. En promedio, un tatuaje tarda en sanar de dos a tres semanas. Si notas algo raro y te preocupa que no esté curando correctamente, consulta a un médico.
Los tatuajes pueden convertir tu cuerpo en una obra de arte, solo cerciórate de mantener los cuidados necesarios.
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