Cuando hablamos de cuidado de la piel, salud y belleza se unen. Protegerse de los rayos ultravioletas es vital para prevenir el envejecimiento prematuro, la aparición de manchas y el cáncer de piel.
La piel en la juventud se ve gruesa y firme, gracias a que la capa subcutánea es robusta. A esta edad se están creando nuevas células de la piel con relativa rapidez, y las glándulas sebáceas siguen acelerando, dando a la piel de 20 años un brillo húmedo.
Aunque la adolescencia haya quedado atrás, es posible que la piel todavía no haya superado esta fase del todo, por lo que es normal que está grasa, y que los puntos negros y las espinillas sigan apareciendo a esta edad.
Por eso es importante cuidarla y darle alguna ayuda que le permita crear protecciones extra con las inclemencias de la vida diaria. En el siguiente texto te hablamos de todo lo que debes saber al respecto.
Usar protector solar
Solemos asociar el protector solar a los días de playa y pileta, pero si queremos cuidar la piel, tiene que ser un básico de nuestra rutina de belleza. Usa FPS 30 todo el año para retrasar la aparición de arrugas y manchas.
Cuidar la piel con estilo
La correcta elección de prendas y accesorios nos pueden ayudar a cuidar la piel. En verano, opta por ropa clara. Los sombreros también son grandes aliados para protegerse del sol con mucho glamour, y no olvides usar anteojos con filtro solar.
Hidratarse siempre
Uno de los consejos fundamentales para tener una piel sana es una buena hidratación. En primer lugar, te recomendamos usar una buena crema hidratante por la mañana. Intenta que tenga FPS 30, así tu piel se nutre y se protege al mismo tiempo. Por la noche, aplica una crema reparadora o antiage.
No todo depende de los cosméticos. Para estar bien hidratados, en importante tomar suficiente líquido. Te aconsejamos beber agua y jugos naturales, y reducir el consumo de gaseosas y alcohol. De esta manera, le darás a tu piel la hidratación que necesita de adentro hacia afuera.
Tomar sol con precaución
El verano es para disfrutar del aire libre, la playa, la pileta y las tardes al sol. El secreto es hacerlo en su justa medida. El cuerpo necesita del sol para poder sintetizar la vitamina D. Cuando estamos en contacto con el sol, obtenemos esta vitamina fundamental para la salud de huesos y dientes.
¿Cómo aprovechar el sol sin excederse? Además de seguir los consejos anteriores, tené en cuenta las horas de exposición. Entre las 11 y las 16 horas es cuando los rayos ultravioletas son más peligrosos. Y si está nublado, ¡no te confíes! La radiación ultravioleta pasa entre un 50% y 85%, según la densidad de las nubes.
Cuidado de la piel post solar
Después de disfrutar de la playa o la pileta, es importante tomar un buen baño para remover los residuos. Arena, sal, cloro, protector solar; los productos post solares nos brindan un doble beneficio, ya sean en gel o en crema ayudan a hidratar la piel y nos aportan una sensación refrescante.
Alimentación
La alimentación también juega un papel fundamental en el cuidado de la piel. Comer frutas y verduras, tanto cocidas como crudas, ayuda a combatir el envejecimiento desde el interior. Por ejemplo, los carotenoides son responsables de dar a las frutas y verduras sus magníficos colores, pero también le dan a la piel un color brillante y saludable.
Ejercicio
Aquellas personas que no hacen ejercicio deberían plantearse incluirlo en su rutina diaria por diversas razones. A medida que pasan los años se reduce la actividad física diaria y el tiempo dedicado al ejercicio. Pero no hay que olvidar su importancia. El ejercicio, además de favorecer la salud física y mental, ayuda a tener la piel más saludable y bonita, ya que ayuda a aumentar la circulación también en el rostro, lo que le da mucho mejor aspecto.
Buena rutina de sueño
Además de favorecer la productividad, proteger el corazón, incrementar la creatividad… El buen descanso también contribuye a mejorar la salud de la piel, puesto que permite una regeneración celular más profunda. Además, durante la noche la producción de colágeno y elastina aumentan.
Controle el estrés
Está comprobado que el exceso de estrés no solo genera problemas emocionales como ira, ansiedad, irritabilidad… sino también físicos como insomnio, problemas digestivos… e incluso, puede ser la causa de síntomas en la piel como acné, pérdida de luminosidad, sequedad, entre otros. ¿Nuestra recomendación? Aprenda a controlar este sentimiento estableciendo prioridades, realizando actividades que lo relajen, haciendo ejercicio con regularidad y respetando los horarios.
Visita a su dermatólogo
¿En su calendario tiene agendada la visita su médico general, odontólogo y urólogo? Muy bien. También es importante que le saque un espacio al dermatólogo, el especialista que se encarga del estudio y el diagnóstico de enfermedades que afectan la piel, las uñas y el pelo.
Desmaquillarse
El maquillaje es sin dudas una buena manera de acentuar los rasgos únicos que cada persona tiene. Nos da ese brillo para impactar y sentirnos a gusto con lo que vemos en el reflejo del espejo. Pero, en lo que respecta al cuidado de la piel es un elemento al que hay que “ponerle el ojo”.
Es necesario conformar una rutina para el cuidado de la piel que contemple los desmaquillantes como mejores amigos. El maquillaje es un gran aliado, pero no removerlo correctamente puede afectar la salud de tu piel. Las texturas de desmaquillantes varían según el tipo de piel. Puedes encontrar leches, emulsiones, soluciones micelares y desmaquillantes bifásicos para los maquillajes resistentes al agua.
Para las pieles grasas, la recomendación es utilizar productos más livianos como geles. Por otro lado, para pieles secas te sugerimos las leches desmaquillantes y el agua micelar. En el caso de las pieles mixtas, lo ideal es la utilización del producto adecuado según la zona del rostro a desmaquillar para preservar el equilibrio de la piel.
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