Proteger la piel es necesario para su salud. Uno de sus mayores enemigos es la radiación solar intensa o excesiva, pues tiene muchos efectos nocivos sobre la epidermis. Por ello, según el momento, debes elegir los diferentes tipos de protectores solares.
Por suerte, cada vez existe mayor conciencia acerca de la relevancia de proteger la piel cuando nos exponemos a la luz solar, para evitar riesgos muy severos a nuestra salud. Si no deseas que un día al aire libre se convierta después en quemaduras en la piel, o en algo más grave a largo plazo, los protectores son la solución más efectiva.
Pero sabemos que la incertidumbre puede llegar al momento de comprar un protector solar. El mercado ofrece una amplia gama de productos y formatos, complicando la acción de escoger la crema que mejor te conviene. Por lo que, es imprescindible que conozcas qué clases de cremas solares existen y cuál es la más adecuada para ti.
Pero antes, vamos a ver qué son los filtros solares, con el fin de que conozcas mejor cómo funcionan este tipo de productos.
Los protectores solares contienen los ingredientes necesarios para proteger la piel de los efectos dañinos del sol. Evitan las quemaduras solares, la aparición de manchas, el envejecimiento prematuro, e incluso, disminuyen la posibilidad de melanomas.
Existen tres tipos de filtros:
Como puedes ver, cada tipo de filtro sirve para una protección específica, por lo que la mayoría de las cremas son mixtas. Así, las marcas buscan ofrecer a los consumidores una protección más completa.
Los protectores solares se pueden presentar en los comercios en base líquida (gel, emulsión) semilíquida (crema) o sólida (barras, polvo).
Algo que no se puede obviar es que estas soluciones detienen parcialmente las radiaciones, pero ninguna lo hace al cien por ciento. Sin embargo, la mejor opción es adquirir un producto que proteja tanto de los rayos UVA (causantes del envejecimiento de la piel) como de los UVB (causantes de las quemaduras).
El factor de protección solar (FPS o SPF, por sus siglas en inglés) indica el número de veces por el que se multiplica el tiempo de exposición directa al sol de manera segura. O sea, es una medida de lo mucho que un tipo de protector solar te protegerá de los rayos UVB y algunos rayos UVA.
Por ejemplo, si normalmente comienza a arderle la piel 10 minutos después de estar al sol sin protector solar, usar uno con un SPF de 30 aumentaría ese tiempo a 300 minutos (10 minutos x 30 SPF). De todos modos, es recomendable que vuelva a aplicar la crema de protección solar cada 2 horas, incluso si tiene un SPF alto.
Aquellos productos que protegen contra los rayos UVB y UVA, se identifican como protectores solares de amplio espectro.
Aplique un SPF de 30, como mínimo, pero cuanto más alto sea el SPF, más rayos UVB se bloquean.
Como había mencionado, ningún protector solar puede proteger completamente, incluso si se expone al sol solo por un período breve. Los SPF 30 filtran aproximadamente el 97% de la radiación, los SPF 50 filtran en torno al 98% y los SPF 100 alrededor del 99%.
Hay que tener presente que escoger un SPF menor o mayor, también depende del tipo de piel de cada persona. Si nos guiamos por la escala Fitzpatrick, se puede definir la siguiente clasificación:
Pese a los puntos de arriba, los expertos avisan que, aunque no se queme, la piel sufre, por lo que recomiendan siempre una protección alta (SPF de 30 o 50). Del mismo modo, si la piel es fototipo I o II recomiendan aplicarse crema cada dos horas como máximo en el día a día, así como después de cada baño o de sesión de ejercicio.
Algunos tipos de protectores solares son resistentes al agua. Según señala la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA, en sus siglas en inglés):
Un producto es resistente al agua si mantiene su factor de protección en la piel tras dos inmersiones de 20 minutos, y es a prueba de agua (waterproof) cuando la mantiene después de cuatro sesiones de 20 minutos.
Como has podido conocer, las opciones de los diferentes tipos de protectores solares son muchas, pero los expertos en dermatología mantienen una recomendación común. Entonces ahora que ya sabes los tipos de protectores solares que existen y la importancia de utilizarlos, y los consejos dados, es hora de que elijas el que mejor se adapte a tus necesidades. Y especialmente a la de tus hijos pequeños.
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